El programa Leganés
El Manicomio de Santa Isabel en Leganés (villa situada a tan solo 13 Km. de Madrid) fue fundado en 1852 con la pretensión de convertirse en un establecimiento psiquiátrico de referencia nacional. Aunque la institución había sido objeto de algunos trabajos previos, solo recientemente se ha puesto en marcha un Programa de Investigación que tiene como objetivo describir y analizar el funcionamiento del Manicomio, así como las características de la población internada y las prácticas asistenciales que tuvieron lugar desde su fundación hasta la última reforma psiquiátrica, en los años ochenta del siglo XX.
En el desarrollo de las investigaciones resulta fundamental el estudio del Archivo Histórico de la Institución, razonablemente bien conservado, que ha permitido acceder a las historias clínicas, partes estadísticos, informes clínicos, judiciales,… y otro tipo de documentación anexa (cartas, escritos de pacientes, etc.)
El “Programa Leganés”, dirigido por Olga Villasante y Rafael Huertas, ha dado lugar a publicaciones diversas, pero queremos destacar de manera especial el proyecto de cuatro tesis doctorales, que comparten objetivos y metodología, dedicadas al estudio del manicomio en etapas históricas concretas del siglo XX: Crisis de la Restauración y dictadura de Primo de Rivera. 1900-1931 (Ruth Candela); Segunda República española. 1931-1936 (Raquel Tierno); Guerra Civil. 1936-1939 (Paloma Vázquez de la Torre) y Primer franquismo. 1939-1952 (Ana Conseglieri).
Se han leído y defendido con éxito, en la Universidad Complutense de Madrid, cuatro tesis doctorales: Paloma Vázquez de la Torre: El Manicomio Nacional de Santa Isabel en Leganés durante la guerra Civil española (1936-1939). Población manicomial y prácticas asistenciales (24 de abril de 2012).
Ana Consegileri: El Manicomio Nacional de Leganés en la posguerra española (1939-1952). Aspectos organizativos y clínicos asistenciales (14 de noviembre de 2013).
Ruth Candela: El Manicomio Nacional de Leganés en el primer tercio del siglo XIX (1900-1931). Organización asistencial, aspectos demográficos, clínicos y terapéuticos de la población internada (23 de mayo de 2017)
Raquel Tierno: El Manicomio Nacional de Leganés durante la Segunda República (1931-1936): organización de la asistencia y práctica clínica (octubre de 2019).
Las tesis leídas han obtenido la máxima calificación: Sobresaliente cum laude. La finalización del trabajo de Raquel Tierno, dedicado al Manicomio de Leganés durante la segunda República Española, nos permite completar un corpus importante sobre uno de los establecimientos psiquiátricos españoles más representativos y, sobre todo, valorar su funcionamiento, características y evolución en función de los cambios sociales producidos a lo largo del siglo XX.
Población manicomial y prácticas asistenciales (24 de abril de 2012)
Paloma Vázquez de la Torre
La situación de guerra impidió la aplicación normalizada en el manicomio de las exigencias legislativas recogidas en el Decreto de 3 de julio de 1931 para la asistencia de enfermos mentales. Por su ubicación próxima al frente de batalla el establecimiento sufrió diversos bombardeos. Durante los años de la guerra sirvió de alojamiento para individuos que no presentaban enfermedad mental, como militares o periodistas. La plantilla de médicos pasó de 5 a 3, e incluso 2, durante esos años. De igual modo, el personal subalterno disminuyó, debido principalmente a las incorporaciones al ejército y sus funciones fueron suplidas en muchos casos por personal no cualificado. Se limitaron los ingresos y aumentaron las altas. Un número importante de pacientes fueron internados por orden militar, supuesto de internamiento no recogido en el Decreto en vigor. La mayoría eran varones, procedían de la provincia de Madrid y fueron internados en la categoría de beneficencia. Llama la atención el ingreso de numerosas religiosas, Hijas de la Caridad, que fueron internadas días antes de la ocupación de la población por el ejército franquista.
Las altas fueron mayoritariamente por defunción y casi un tercio por traslado a otras instituciones, en general por orden militar. La tasa más elevada de mortalidad intramanicomial se registró en 1937, de casi un 10%, mayor que en las décadas previas. Las principales causas de mortalidad por aparatos fueron digestivas y neurológicas. La mortalidad por causa infecciosa supuso el 30,5%. Más de la mitad de los pacientes tenían un diagnóstico de esquizofrenia. La paranoia, oligofrenia y psicosis maniaco-depresiva fueron diagnósticos menos frecuentes pero suficientemente relevantes. Los pacientes nuevos internados entre julio de 1936 y abril de 1939 también fueron principalmente esquizofrénicos, pero destacó el internamiento de pacientes con “otras psicosis orgánicas” en los ingresos por orden militar, así como la aparición, por primera vez en la institución, del diagnóstico de psicosis de situación/psicosis de guerra.
Los tratamientos aplicados fueron muy escasos. Sólo se recogieron seis tratamientos farmacológicos: el empleo de luminal en dos pacientes, dos abscesos de fijación de esencia de trementina, la prescripción de piramidón para un proceso tifoideo y suero glucosado para tratar unos vómitos.
Se concluye que la situación de guerra menoscabó la asistencia psiquiátrica en el manicomio e influyó en el perfil de los pacientes que ingresaron. Los enfermos sufrieron las consecuencias de bombardeos, restricciones y carencias, y el funcionamiento de la institución se vio alterado, paralizándose la aplicación de las reformas asistenciales republicanas.
Aspectos organizativos y clínicos asistenciales (14 de noviembre de 2013)
Ana Conseglieri
El funcionamiento institucional del Manicomio Nacional de Leganés durante los primeros años del franquismo no fue ajeno a la situación socioeconómica y política de la posguerra; sin embargo, la práctica psiquiátrica llevada a cabo pretendió ajustarse en todo momento a los modelos de psiquiatría biológica imperantes en la Europa del momento.
El Reglamento Interno de 1941 supuso varios cambios respecto al anterior de 1885, como el aumento del número de plazas para pacientes ingresados, el incremento de las cuotas que debían abonar los pacientes pensionistas, o la supresión de algunos de los departamentos contemplados anteriormente. Así mismo, se amplió el número de plazas para el personal médico y de enfermería, si bien, las religiosas de la institución quedaron fortalecidas en sus funciones. Las historias clínicas contienen entre otros documentos, escritos de enfermos que ofrecen información sobre las condiciones del internamiento y la vivencia subjetiva del aislamiento de éstos, demostrándose la importancia de este tipo de fuentes en el análisis histórico de la medicina desde la perspectiva del paciente.
El Manicomio cumplió en líneas generales con los procedimientos de ingresos y altas que incluía el Decreto del 3 de julio de 1931. Los ingresos se sucedieron en función del número de altas, incrementándose el total de la población ingresada sin llegar a la ocupación máxima de 400 plazas. Las altas fueron mayoritariamente por defunción y, en segundo lugar, por traslado, siendo el motivo principal de fallecimiento las enfermedades cardiocirculatorias y neurológicas no infecciosas. Durante el periodo de estudio se afianzó la nosografía kraepeliniana, con diagnósticos como la esquizofrenia y la psicosis maniaco-depresiva, frente al declive de la paranoia y los delirios crónicos; además se produjo un aumento de los diagnósticos de psicopatías. Las medidas terapéuticas se administraron en mayor medida que en épocas previas y la más frecuentes fueron las terapias de choque (electrochoque, coma insulínico y choque cardiazólico), registrándose también un número moderado de leucotomías.
Organización asistencial, aspectos demográficos, clínicos y terapéuticos de la población internada (23 de mayo de 2017)
Ruth Candela
El objetivo general de esta investigación fue estudiar las características de la asistencia psiquiátrica en el Manicomio de Leganés en el periodo comprendido entre los años 1900 y 1931. Se utilizan principalmente fuentes del Archivo de la propia institución (historias clínicas y todo tipo de documentación anexa) así como fuentes impresas para conocer la producción teórica de dicha época y bibliografía secundaria que estudia la historiografía psiquiátrica del periodo. Además de metodología que toma elementos de la historiografía tradicional, la epidemiología histórica, la historia social de la medicina, historia institucional o historia de las ideas, se recurre también a metodología cuantitativa -estudio descriptivo, retrospectivo de serie de casos con un tamaño muestral de N=1041 ingresos producidos entre 1900 y 1931-.
En el Manicomio de Leganés se triplicaron los plazos máximos de observación establecidos por la ley y la organización interna estaba sujeta al Reglamento Orgánico para el Régimen y Gobierno Interior del Manicomio de Santa Isabel, de 1885, que establecía 200 plazas, cifra superada a partir de 1917, sobre todo a costa de los pensionistas, aproximándose a los 300 internados en 1931. Así mismo, Santa Isabel contó con una ratio de médicos y “enfermeros” por paciente mayor que la de otros establecimientos psiquiátricos españoles. Entre los clínicos destaca José Salas y Vaca, Jefe Facultativo de la institución entre 1911 y 1929, que impulsó sustanciales reformas en la institución. Gran parte de la población permaneció en la institución hasta su fallecimiento y, aunque se observa un lento y progresivo abandono de la terminología francesa en favor de la germana, ambas nosografías coexistieron durante todo el periodo de estudio.
Por último, el carácter custodial de la institución se tradujo en pobres y escasas anotaciones de cuestiones terapéuticas, siendo las más frecuentes la hidroterapia y la terapéutica por el trabajo. Además se introdujeron, si bien de forma discreta, los métodos piretoterápicos y los barbitúricos.
Raquel Tierno
El objetivo principal de esta investigación estudiar las características de la asistencia psiquiátrica en el Manicomio Nacional de Leganés entre el 14 de abril de 1931 y el 18 de julio de 1936. Se parte de la hipótesis de que el funcionamiento de la institución se vio influido por la situación socioeconómica y política del país. La aplicación del Decreto del 3 de julio de 1931 sobre la asistencia a enfermos psíquicos, las estadísticas de morbilidad psiquiátrica elaboradas con criterios kraepelinianos o la introducción de medidas terapéuticas como la laborterapia o los nuevos fármacos, propiciaron unas prácticas asistenciales e institucionales que pretendieron acercarse a los estándares de la disciplina psiquiátrica de dicho periodo.
Para contrastar dicha hipótesis se ha abordado el estudio de fuentes del Archivo de la propia institución (historias clínicas y diversos tipos de documentación anexa, administrativa y judicial, además de otros documentos institucionales y cartas de los y las pacientes), así como otros fondos documentales como los del Archivo General de la Administración o el Archivo Municipal de Leganés. Las fuentes impresas han sido fundamentales para conocer la producción teórica de los psiquiatras españoles de la época, el marco legislativo o el contexto histórico.
La metodología utilizada se ha dotado de elementos procedentes de la epidemiología histórica y de la historia social de la medicina, en diálogo transversal con la historia institucional o con los estudios culturales. También se recurre a métodos de investigación cuantitativa (estudio descriptivo retrospectivo de serie de casos) que han permitido establecer el perfil socio-demográfico, la estancia media y los movimientos de la población manicomial, así como las características más sobresalientes de la práctica clínica.
El número de asilados se mantuvo estable, en torno a 300, con una proporción mayor de pensionistas si bien el Reglamento Orgánico para el Régimen y Gobierno Interior del Manicomio de Santa Isabel de 1885, vigente durante la Segunda República, establecía un máximo de 200 plazas, dos tercios para pacientes pobres (cifra que ya había sido superada las décadas previas por las ampliaciones hechas en el establecimiento). Se acometieron obras de infraestructuras, iniciadas en periodos anteriores, destacando las relacionadas con el alcantarillado y el suministro de agua, que mejoraron las condiciones higiénicas. La mortalidad se fue reduciendo, pero la etiología infecciosa se mantuvo aún como una causa importante de defunción.
El personal facultativo y subalterno aumentó y, en general, fue proporcionalmente mayor al de otros establecimientos psiquiátricos, sin embargo la formación profesional de la plantilla auxiliar era escasa. Entre los médicos destaca la figura de Enrique Fernández Sanz (1872-1950), Jefe facultativo y prestigioso neuropsiquiatra, cuya labor se centró en las tareas de dirección y administración del establecimiento.
En cuanto a los diagnósticos, se produjo el afianzamiento de la nosografía alemana frente a la francesa, ya en franco declive, siendo la esquizofrenia/demencia precoz, la enfermedad que motivó más de la mitad de los ingresos. Las medidas terapéuticas utilizadas, al menos las reflejadas en las historias clínicas, fueron más bien escasas, destacando los abordajes farmacológicos (barbitúricos, antisifilíticos y piretoterapia), sobre todo en hombres pensionistas, mientras que en las mujeres se empleó la laborterapia y se prescribieron más medidas higiénicas y dietéticas.